Cisne de primavera...
También en primavera mueren los cisnes y allí flotaba
muerto un domingo
girando de lado
en la corriente
y fui hasta la rotonda
y distinguí
dioses en carros,
perros, mujeres
que gritaban
y la muerte
se me precipitó garganta abajo, como un ratón,
y oí llegar gente
con sus cestas de merienda
y sus risas,
y me sentí culpable
por el cisne,
como si la muerte
fuese algo vergonzoso
y me alejé
como un idiota,
y les dejé
mi hermoso cisne.